viernes, 5 de febrero de 2010

La cuarta fase (The Fourth Kind, 2009)


Me salta una duda tras ver La cuarta fase. ¿Cómo es posible que haya obtenido un éxito y repercusión en los medios mucho menor que Paranormal Activity (2009)? Esto viene a cuento porque la película que nos ocupa, una grata sorpresa con variados puntos de interés, no ha sido alabada por los críticos, ni ha creado un culto en festivales previos al estreno comercial. En cambio, la solo parcialmente interesante, y en el terreno del terror menos conseguida Paranormal Activity, se ha convertido en uno de los bombazos del pasado año. Sus trailers están inundados de frases sacadas de los medios, tipo “no podrás dormir esta noche” o “la película más terrorífica de la historia”. El éxito comercial lo entiendo, pues hay que aplaudir su magnifica e inteligente campaña de promoción, al igual que sucedió con la superior El proyecto de la bruja de Blair (The Blair Witch Project, 1999). Pero una cosa es el éxito, y otra que tanta gente haya quedado entusiasmada con la película en sí. Extraño que La cuarta fase, en ese sentido, no haya recogido ningún elogio, pues, dentro de la vertiente de ambas, el falso documental terrorífico (en este caso más bien documental, a secas), ésta última consigue crear en determinados momentos un desasosiego y una inquietud mucho mayores.


El director y guionista de la propuesta, un tal Olatunde Osunsanmi, siguió con interés los hechos reales ocurridos en Alaska allá por principios de la pasada década. Como si de Iker Jiménez se tratase, el mismo Osunsanmi aparece en la película entrevistando a la verdadera doctora Abigail Tyler (a la que, en la reconstrucción, da vida Milla Jovovich), que sirve como hilo narrativo de los hechos que contemplanos, como apunté, mezclando imágenes de perturbadores documentos reales de sesiones de hipnosis con las consiguientes reconstrucciones con actores. Aunque uno pueda ser escéptico respecto a estos temas, es imposible, según lo muestran o informan ciertos datos comprobados, no creer que, alienígenas o no, algo raro sucedía en ese pueblo. Varios pacientes de la doctora Tyler, bajo sesiones de hipnosis, la contaban exactamente los mismos hechos, con los mismos detalles. Una lechuza mirándoles desde su ventana, pánico a dormir por si “volvían”, y finalmente unas apariciones terribles que se los llevaban durante un tiempo, y al volver no eran capaces de recordar lo sucedido. Lo más misterioso del caso lo vivió en sus carnes la propia doctora, pues su hija pequeña desapareció de pronto, en su casa, siendo según comenta ella y en parte el policía que vigilaba esa noche el exterior de la casa, un rayo de luz que entro por el tejado y sacó levitando a la niña. Nunca más se ha vuelto a saber de ella.


Uno de los aciertos de La cuarta fase es su estructura. Aunque el principio pueda chocar la mezcla de escenas documentales, supuestamente reales, con las cinematográficas, propias de una reconstrucción de los hechos con actores, esto va cobrando sentido y metiéndote en la trama a medida que avanza. Por un lado, los videos documentales llegan a momentos de orgasmo, poniendo los pelos como escarpias. Concretamente son dos momentos, uno durante la mitad y otro hacía el final. El otro lado es la interpretación de los actores “reales”, todos bastante acertados. Incluso la protagonista, Milla Jovovich, al principio podría caer en duda (sus dotes como actriz nunca han sido especialmente notables), pero termina llevando muy bien el registro dramático. Todo resulta creíble en su justa medida, entretenido a la par que interesante. Además, el tema de las abducciones alienígenas no está tratado de forma tópica. Aunque sea a base de mezclar géneros e influencias, se distancia de otros ejemplos de décadas atras o más recientes en su forma de, pese a no apartarse de la trama “científica” y explicativa de hechos, adentrarse en el terror propio del subgénero de exorcismos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No te has enterado de nada. No existen tales casos reales, es puro fake. Y si no ha sido albada por la crítica (como si la crítica fuera una sola voz, ya ves) es, sobretodo, por la falta total de ética a la hora de mentir. Incluso el famoso programa radiofónico La guerra de los mundos de Orson Wells, que causó una gran histéria colectiva, iba precedido de un aviso que decía claramente que se trataba de una ficción. Lo mismo pasó con El proyecto de la bruja de Blair, todavía hay gente que cree que las imágenes eran reales...
Vamos, que al que está dispuesto a creer se la meten doblada, aunque le avisen de que lo que le cuentan es mentira. Pasa lo mismo con los niños pequeños que creen en la fantasía por mucho que uno se esfuerce en demostrarles que no forma parte de la realidad. Pero alguien que escribe sobre cine, debería investigar un poco antes de ponerse a teclear sin conocimiento alguno.
Te dejo el enlace a un artículo donde se comenta la chapucera maniobra de marketing viral alrededor de la película:
http://marcianitosverdes.haaan.com/2009/09/lo-siento-the-fourth-kind-no-est-basada-en-hechos-reales/
Sobretodo es muy interesante éste comentario:
http://marcianitosverdes.haaan.com/2009/09/lo-siento-the-fourth-kind-no-est-basada-en-hechos-reales/#comment-68832
Por cierto, cinematográficamente hablando, la peli es una mierda.
Un saludo cordial.

Wilmer Pozo Sánchez dijo...

SUPER INTERESANTE TU BLOG. FELICIDADES!!!

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John Trent dijo...

Anónimo, creo que tú no has entendido el proposito de la reseña, pero gracias por el articulo, ahora me paso a leerlo. Saludos.