miércoles, 17 de junio de 2009

Terminator Salvation (2009)


“Si una maquina, un Terminator, es capaz de entender el sentido de la vida humana, quizás algún día nosotros también podamos”. Sarah Connor, incluso en las peores circunstancias, tuvo su lado optimista. Sin embargo, la anunciada guerra contra las maquinas ha llegado. John Connor, huérfano desde hace años, se ha convertido en lo que su destino vaticinaba, ser el líder de la resistencia humana contra los robots. A él se unirá Marcus Wright, un hombre de pasado turbio con importantes hallazgos en su interior.

En los ochenta, un joven director, conocido por ser el responsable de la horrible Piraña: Los vampiros del mar (Piranha Part Two: The Spawning, 1981) se metió de lleno en uno de los proyectos, a posteriori, más emblemáticos del cine de ciencia ficción. Ese director respondía al nombre de James Cameron, y la película que lo puso en boca de todos, Terminator (The Terminator, 1984). Lo más curioso es que el guión fue rechazado prácticamente por todas las distribuidoras. Supongo que se tiraron de los pelos y hubo despidos varios cuando la pequeña propuesta (su presupuesto fue de siete millones de dólares) conquistó a critica y publico, y recaudó en todo el mundo alrededor de cien millones. Terminator no solo lanzó la carrera, plagada de éxitos, de James Cameron, sino también la de un Arnold Schwarzenegger perfecto en el papel del despiadado robot del titulo. Tras el gran éxito y el mito creado, la continuación estaba cantada. Pero no fue hasta unos cuantos años después. Entre medias, Cameron se encargó de dirigir otra obra maestra del género, Aliens, el regreso (Aliens, 1986) y una interesante, aunque en parte fallida, inmersión en la ciencia ficción acuática, Abyss (The Abyss, 1989). Aquello del “más grande, más ruidoso, más frenético, más etc.” que no siempre funciona, si que funcionó, vaya si funcionó, en Terminator 2: El juicio final (Terminator 2: Judgment Day, 1991). Un Cameron más experimentado tras las cámaras, más de cien millones de presupuesto (el más alto hasta ese momento), un Schwarzenegger con estatus de megaestrella del género de acción, una banda sonora excepcional de Jerry Goldsmith, y unos efectos especiales que dejaban las butacas babeadas, encumbraron la secuela a los altares de la historia del cine. La taquilla, como era de esperar, respondió de forma apabullante, dejando en las salas de todo el mundo más de quinientos millones de dólares. La posterior edición en los ya desparecidos vhs se convirtió en una de las más vendidas de la historia.

Pese a tal bombazo, la esperada tercera entrega tardó en llegar más de lo debido. Con Cameron apeándose del barco, la saga quedaba coja. Cuando Schwarzenegger, en los tiempos de gobernator de California, aceptó el proyecto por la suma histórica de cuarenta millones de dólares, los productores comenzaron la búsqueda del idóneo sustituto de Cameron. El elegido, Jonathan Mostow, un artesano correcto, pero poco destacable (hasta entonces conocido por las entretenidas Breakdown (1997) y U-571 (2000)). Tal como era de esperar, la cámara de Mostow dista mucho en talento de la de Cameron. Un presupuesto de doscientos millones de dólares quedó reducido a varias escenas de acción decentes y un seguimiento de personajes conocidos poco más que irrisorio. De hecho, uno no sabe si en realidad Terminator 3: La rebelión de las maquinas (Terminator 3: Rise of the Machines, 2003) es una parodia de la saga o un intento serio bajo los efectos de dudosos medicamentos para la tos. Luego llegó la serie Las crónicas de Sarah Connor (Sarah Connor Chronicles, 2008-¿?) y la espera cada vez más expectante para ver la que nos ocupa hoy, Terminator Salvation.
Terminator Salvation es lo se conoce hoy día como reboot. Se trata de un reinicio, un intento de rejuvenecer una franquicia de éxito probado. Bien pensando, si uno analiza el guión sin comerse demasiado el tarro, es obvio que también puede entenderse como una cuarta entrega. El director a las órdenes ésta vez es el dudoso McG, responsable de las dos entregas cinematográficas de Los ángeles de Charlie (Charlie Angels, 2000 -2003). Contra todo pronostico, ha sabido manejar bastante bien el proyecto. Lo dota de apabullante factura, imágenes arrolladoras (gracias a la excelente fotografía), set pieces continúas (aunque solo algunas son realmente destacables) y homenajes varios a las primeras entregas. Podemos escuchar la voz de Sarah Connor (Linda Hamilton) relatando a su hijo ya crecidito, John (Christian Bale) lo que será el futuro que le espera. Tenemos a un joven Kyle Reese (Anton Yelchin), que aún no sabe que es el padre (previo viaje al pasado) del mismismo John. Tenemos un cameo, necesario y antológico (aunque muy digitalizado) de Arnold Schwarzenegger. Todo ello envuelto en un universo diferente, pero complementario, del que creó James Cameron. Aunque Terminator Salvation nunca llega a ser una película que quede en la retina, a su corrección general hay que añadirle la presencia de un carismático Sam Worthinton, verdadero protagonista de la función y un muy posible héroe de acción para los próximos años. La presencia femenina, al contrario que en las dos primeras entregas, aquí tiene función florero. Está la guapa Bryce Dallas Howard, recitando varios diálogos intrascendentes, y la buenorra Moon Bloodgood, que protagoniza un romance relámpago (te veo, me salvas de unos yonkis, te abrazo, y ya te quiero para siempre) con Marcus Wright, personaje que interpreta el citado Worthinton.

Usando la lógica, cualquier fan de la saga, como es mi caso, antes de entrar en el cine supondrá que Terminator Salvation no es, ni pretende ser, Terminator o Terminator 2: El juicio final. Es tarea casi imposible igualar tales obras maestras. Por ello, si uno rebaja un poco sus expectativas, y se interesa por ver un entretenido espectáculo de acción, vacío de alma y guión, pero muy bien envuelto para ser observado y olvidado sin problemas, no le supondrá ningún disgusto. Si vamos con la única expectativa de que nos proporcione algo más de calidad y respeto por la saga que Terminator 3: La rebelión de las maquinas, tampoco hay motivo para salir decepcionado. Es superior a aquella en todos los aspectos. Luego nos encontraríamos con el problema del argumento. Al igual que sucede con Watchmen (2009), y así lo han confirmado las cifras en taquilla de ambas propuestas, Terminator Salvation ha de ser vista (si uno busca entender la historia más allá de los efectos especiales) conociendo el universo Terminator. De no ser así, muchos no entenderán un carajo. McG ha intentando hacer una mezcla perfecta entre pretensiones para publico fan y pretensiones para publico iniciado. Se ha quedado a medias en ambos aspectos. Aún así, no cabe duda que estamos ante una película que, si bien será olvidada en breve, durante sus dos horas cumple su principal función: entretener, y mucho.

Lo mejor: El aspecto técnico de la película es indiscutible. Diseño de producción, dirección artística, fotografía, efectos especiales o animatronics. Todo cumple en cuanto a lo que pedimos, superficialmente, a una superproducción de tal calibre.

Lo peor: El guión es flojo y carente de alma para los fans, y demasiado lioso para los iniciados en la franquicia. Por ello, entretiene gracias a sus escenas de acción y homenajes, pero se olvida al poco de salir del cine.

Valoración (0 a 10): 7

Trailer

1 comentario:

Sam_Loomis dijo...

Aunque la mayoría de las críticas, como la tuya, coinciden en que el guión no es lo mejor y deja un poco abajo a los fans, aún le tengo fe. No la he visto, en mi país aún no la estrenan. La espero con ansias, pese a toda la oleada de críticas negativas que la ha golpeado.

Saludos