jueves, 21 de mayo de 2009

Llamada perdida (One Missed Call, 2008)


Una chica recibe una llamada perdida a su teléfono móvil Al contestar, se escucha a ella misma en el momento de su muerte varios días después. Efectivamente, tal llamada no era una broma, sino un mensaje que anuncia su destino. La misteriosa melodía se ira apoderando de cada uno de los móviles de sus amigos.

Terrible. De todos modos, Llamada perdida era carne de cañón desde el anuncio de su rodaje. Los remakes del último terror oriental ya agotaron la formula hace años. Y si además coges como modelo una floja imitación de otras tantas, como fue Llamada perdida (Chakushin ari, 2003), es fácil caer en picado. Así ha sido. A penas recuerdo dos escenas de la original, que casualmente se repiten, más o menos, en el remake. Lo cierto es que Llamada perdida no se quedo en mi memoria más allá de la cena después del cine. Es por ello que hacer comparaciones entre ambas es tarea harto complicada. Por tanto, pasemos a hablar de la que nos concierne. Esta Llamada perdida, ya de partida resulta una gilipollez. Se trata de un fantasma modernete que caza a sus victimas a través de los móviles, mirando en su lista de contactos y metiéndoles un caramelo en la boca. Todo esto quedaría bien en una parodia, o una comedia de terror, pero se lo toman en serio. El problema no es que sea inverosímil. El género de terror nos ha ofrecido desde los inicios películas con historias increíbles, y no por ello hemos dejado de adentrarnos en ellas, pasar miedo e interesarnos por la siguiente escena.

Lo que ocurre con Llamada perdida es que está mal hecha. A partir de ahí, es muy difícil tragarse algo. Los intérpretes no se creen el guión, ni hacen por creérselo. La dirección es plana. Y lo peor de todo es que el guionista pretende dar sentido a la historia, utilizando de los típicos giros arguméntales. Luego cometen el error usual de meter a porrillo efectos especiales digitales que no vienen a cuento. ¿No serían las apariciones fantasmales más creíbles con un buen, y más barato, trabajo de maquillaje y proteicos varios?
Al menos, estos remakes ya parecen tener los días contados. Pero aún nos queda comprobar que han hecho en Presencias extrañas (The Univited, 2009) con la genial Dos hermanas (Janghwa, Hongryeron, 2003).

Lo mejor: Su duración no llega ni a los ochenta minutos.

Lo peor: Qué parezca una película diseñada con la idea de vender los dichosos politonos del conocido tono del móvil maldito, y no para inquietar un poco al espectador.

Valoración (0 a 10): 2,5

Trailer

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